Mi familia durante la cuarentena (Foto para la Historia)

Esta foto quedará para la historia.

Quien iba a pensar que el 16 de marzo, cuando el gobierno decreto la cuarentena, la cual pensábamos iba a durar solo 15 días, nos iba a traer un cúmulo de experiencias que jamás olvidaremos.

El martes 17 de marzo después de salir de oficina, viajé a Jipijapa (una pequeña ciudad a 2 horas de Guayaquil) a recoger a mi hijo que estaba donde sus primos, inclusive pensé que debería quedarse esos 15 días para que este entretenido, pero al final fue una excelente decisión ir por él. También decidí pasar la cuarentena en casa de mi mama para estar juntos, pues nos imaginamos que solo duraría 15 días.

Los días siguientes, serán recordados como los días más estresantes y terribles para todos los Guayaquileños; pues a pesar que la epidemia se desarrollaba en todo el mundo, la historia de Guayaquil fue de terror. Pues como bien dijo la alcaldesa de la ciudad, hubiera parecido que nos lanzaron una bomba, y cada día era como la ¨lotería¨ ¿a quién le tocará hoy? Era la pregunta que creo que pasaba por la mente de muchos de nosotros, pues a diario escuchábamos historia de amigos y conocidos que aparecían con los síntomas en ellos o sus familias. Pero el terror se generalizó cuando los hospitales públicos y privados colapsaron, cuando no había medicina, cuando no había oxígeno, no había nada ni nadie que nos ayude, era lo que el destino nos depare.

Compartimos la tristeza de muchas personas amigas, de conocidos, de familias guayaquileñas y vimos como esto nos afectaba y atemorizaba.

El estado de pánico cundió en muchos de nosotros, por lo menos yo, me sentí asustado y triste; siendo empático con lo que le ocurría a los demás y que también podría tocarnos a nosotros.

Con mi mama empezamos un régimen de cuidado máximo, a tomar brebajes que luego me produjeron gastritis, a desinfectar al máximo todo lo que llegara de afuera, a no salir ni a la ventana; inclusive hasta llegue a pensar que las lagartijas que a veces veía en el techo podrían estar contagiadas, la paranoia fue al común denominador y si, si me paralice, casi 15 días, el miedo me afecto, miedo que luego tuve que afrontarlo con acción, afrontando que dependía de nosotros cuidarnos tanto física como mentalmente, también me ayudo los webinar que mi amigo Xavier Miranda (@alquimiaec) realizó, fueron reconfortantes; también agradezco a mis amigos que me escribieron de otros países a preguntarme como estaba.

Pero me hacía una pregunta, ¿tenemos miedo a la muerte?, en mi caso tengo todo organizado por si acaso tenga que partir; tengo un seguro de vida para mi familia, compre hace muchos años un nicho con todos los gastos de sepelio (no quiero que en ese momento mi familia se preocupe por estos detalles); más bien mi miedo era a pasar ese sufrimiento de desesperación de no tener como afrontar la enfermedad, pues no había tratamiento, y los que escuchábamos por chat, las medicinas no habían en el mercado; el miedo de perder a un ser querido, el miedo de no poderse despedir de ellos.

Este episodio de nuestras vidas, nos enseñó a valorar mucho más a quienes tenemos, lo que tenemos, y lo que en verdad necesitamos.

En la parte financiera, valorar que es un deseo y que es una necesidad, pues en esta situación, lo primordial era gastar en alimentos, salud, educación y vivienda, todo lo demás son gastos, no digamos innecesarios, pero sí que podemos posponerlos sin endeudarnos.

Aprendimos a valorar el trabajo que tenemos, eso no quiere decir que no podamos cambiarnos, pero mientras nos preparamos para el cambio, valoremos lo que tenemos.

Aprendimos la importancia del ahorro, pues ahora sirvió para eso, para esta emergencia que como vimos, puede llegar en cualquier momento, y es esto los que nos ayuda a afrontarlo.

Aprendimos que nuestra salud es lo más importante, que el tiempo libre es un regalo que tenemos, que un lindo parque nos puede dar mucha felicidad.

Aprendimos que nuestra familia es lo más valioso.

Aprendimos que cualquier cosa puede pasar en la vida y debemos tener una mente fuerte, que tenemos que adaptarnos.

Aprendimos que debemos buscar nuevas oportunidades.

He pasado encerrado 90 días con mi familia, un poco apretados, peleando los lugares en la casa, peleando por el internet, compartiendo historias, jugando monopolio.

Aprendí a conocer más a mis hijos Natalia y Cristian, y como les comenté a ellos, es probable que esta experiencia nunca más lo vuelvan a tener ni con sus hijos y nietos.

Mi hijo Cristian, tan amoroso y preocupado, eso si el Fornite su pasión; a sus 12 años él y yo, ya tenemos una noción de que, la carrera de arquitectura sería una buena opción para su futuro.

Mi hija Natalia de 17 años, tan disciplinada, inteligente, preparada, le irá excelente en sus proyectos porque es una señorita que lo tiene todo, belleza, inteligencia y madurez. Ella será una gran doctora.

También después de muchos años, regrese a casa de mi mama, a comer la mejor comida del mundo, nos cuidamos mucho entre ella y yo. Agradezco a Dios por la madre que me dio.

Jugué con mi hermano Carlitos (que tiene síndrome de Down), que, aunque en mis reuniones gritaba por la casa, verlo sonreír y bailar me alegró mucho.

Mis sobrinos, Camila, Matías Y María Leonor, me sacaron una sonrisa cada día.

Mi padrastro Carlos, que, aunque piensa en todas las conspiraciones que hay en el mundo, es reconfortante ver como su fe en Dios, lo motiva cada día.

Y el más mimado de la casa Toby (la mascota), también nos acompañó en esta situación.

Aún no hemos vencido la batalla, hay que seguir cuidándose, aún no sabemos que nos depare el destino, esta foto ya quedo para el recuerdo, para la historia, para seguir alimentando el corazón.

  1. Una oración para todos quienes partieron y sus familias.

 

AM

 

10 comentarios

  1. Andrés, eres un ser muy afortunado ( al igual que yo ) al poder estar con tu familia y disfrutarla a pesar del miedo que tenemos sobre el futuro.

    Dios nos dá la fuerza para sobrellevar y sobrevivir, esta pandemia, nos ha enseñado que es posible vivir sin tantas cosas materiales a que estabamos acostumbrados al nivel de cada uno.

    Dios nos ha regalado volver a la espiritualidad que habiamos hecho a un lado, a disfrutar por medio de la tecnología moderna, la renovación de la naturaleza.

    Cuidémonos y ayudemos a nuestros semejantes.

    Dios te bendiga y a toda tu familia.

    Un abrazo sincero desde la Ciudad de México.

  2. Que increible asi es tal como lo dice esto nos demostro lo mas unidos que debemos ser, lo importante que el cuidarnos el uno del otro, como la economia nos puede afectar significativamente si no estamos preparados, me identifico mucho con su relato mi caso fue tan similar, gracias a dios en la economía había invertido dinero en mi conocimiento en aprender en la bolsa de valores lo que me permitio salir adelante económicamente.
    SALUDOS Y FUERTE ABRAZO DON ANDRES

    1. Gracias Jonathan, si extraordinario aprender este tema de la bolsa de valores, varios amigos mìos hicieron dinero en esta pandemia gracias a esos conocimientos, te felicito, y gracias por tu comentario

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